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La antigua Mezquita de Córdoba. Curiosidades de la Capilla de Santa Teresa de Jesús

En esta ocasión hablaremos de la Capilla de Santa Teresa que se encuentra justo al comienzo del denominado antiguo pasillo del tesoro de la antigua Mezquita de Córdoba.

En los siglos en que este Templo Sagrado fue la Mezquita aljama de Córdoba (hasta 1236) y desde que en época del gran Califato de Al Ándalus (en el tercer cuarto del siglo X), el Califa Alhakem II ordenó ampliar esta antigua Mezquita de Córdoba por segunda vez, el espacio de Muro de la Quibla que arranca desde el Mihrab hacia el costado este, se convertirá en la Cámara del Tesoro donde guardarán la limosna.

Esta es una de las 5 obligaciones de todo musulmán, que entregaban cuando venían a rezar a esta antigua Mezquita de Córdoba (al menos los viernes en la oración de la Jutba).

En esta cámara del Tesoro también se custodiaban toda clase de elementos religiosos, como el Coram y otros objetos Sagrados.

Sin embargo, a partir de la consagración al culto Católico, se construirán 2 capillas (la de San Martín y la de San Andrés) en parte de este pasillo del tesoro musulmán donde se encuentra la Capilla de Santa Teresa de la que hoy tratamos.

A finales del siglo XVII, Don Pedro de Salazar y Toledo, Obispo de Córdoba, encargará a Francisco Hurtado, maestro mayor de obras de la Catedral, construir una Capilla bajo la advocación de Santa Teresa de Jesús.

Encargará erigir en un lateral de esta Capilla de Santa Teresa un panteón en el que serán depositados, tras su fallecimiento a principios del siglo XVIII, los restos mortales de este Obispo, del cual hablaremos más adelante. El uso principal que se le dará a esta Capilla de Santa Teresa hasta el día de hoy será el de Sacristía, pues cada Domingo, hasta aquí se trasladan roperos con Casullas, Estolas y Albas, con las que se revisten los sacerdotes para la celebración de la Eucaristía en el Altar Mayor de esta Santa Iglesia Catedral, antigua Mezquita de Córdoba.

Esta Capilla de Santa Teresa también se conoce como la Capilla del Cardenal Salazar pues como hemos indicado anteriormente, fue Don Pedro de Salazar quien ostentaba la Cátedra de esta Diócesis, como Obispo, pero desde unos días antes de llegar a esta ciudad había sido nombrado Cardenal por el Papa Inocencio XI como Cardenal de la Santa Cruz de Jerusalén. De ahí el nombre de Capilla del Cardenal Salazar. Su apego a Córdoba le llevará a realizar importantes obras en esta ciudad tan conocidas como el Hospital del Cardenal Salazar, el edificio que hoy en día, desde mediados del siglo pasado es la facultad de Filosofía y Letras, o el Convento de la Merced, conocido como el Palacio de la Merced y que hoy en día es sede de la Diputación Provincial de Córdoba.

El Cardenal Salazar tuvo una ferviente devoción a Santa
Visita guiada a la antigua Mezquita de Córdoba, actual Catedral Teresa de Jesús de quien portó una reliquia en un cofre, así como un lignum crucis en una pequeña cruz esmaltada. Pero además manifestó y llevó a cabo un decidido apoyo a la orden de los Carmelitas Descalzos. De este modo podemos ver en la hornacina principal de esta Capilla de Santa Teresa como se encuentra una bellísima talla de la Doctora de la Iglesia con el Espíritu Santo en forma de paloma en su hombro derecho, realizada por el escultor José de Mora, quien también talló las 8 esculturas de doctores de la Iglesia que acompañan a la que preside.

Una de las curiosidades que alberga esta Capilla de Santa Teresa, es la Sala Capitular donde se reúne el Cabildo de la Catedral, que se encuentra en la cripta que bajo esta capilla de Santa Teresa se levanta y cuyo acceso se realiza a través de tres tramos de escaleras de mármol rojo traído de Cabra, tal y como nos indica Don Manuel Nieto en su libro la Catedral de Córdoba.

En esta Capilla de Santa Teresa también lucen tres lienzos  pintados por Acisclo Antonio Palomino, pintor cordobés (de Bujalance), que fue pintor de la corte Real, al que le encargaron pintar en a principios del siglo XVIII 3 cuadros relativos a episodios singulares en la devoción cristiana cordobesa.

En uno de ellos vemos una escena de época romana en la que San Acisclo y Santa Victoria, nuestros patronos, son martirizados por confesar su cristiandad. En el segundo una escena del siglo XVI, cuando la peste asolaba media Europa, San Rafael se le aparece al Padre Andrés de Roelas haciéndole el juramento de que Dios lo ha puesto como Ángel Custodio o Arcángel protector para la Ciudad de Córdoba. Y en el tercero vemos como Fernando Tercero, el 29 de junio de 1236 está recogiendo las llaves de la ciudad y de esta antigua Mezquita de Córdoba de manos de las tropas musulmanas derrotadas.

Y aquí es donde podemos observar otra de las curiosidades que hay en esta capilla. Este último retrato que representa una escena de 1236 refleja un “anacronismo”, y es que tanto el ropaje que porta Fernando III, como las armaduras de las tropas que lo acompañan, no corresponden con la fecha en que se desarrolla esta escena, pues difícilmente Fernando III en el siglo XIII, vestiría el collarín isabelino, las pieles que cubren sus hombros, la armadura, las medias y las botas, que más bien son típicas de finales del siglo XVII, principios del siglo XVIII (época de Carlos II o Felipe V).

Pero igualmente, los tejados del crucero y coro de la Catedral que se ven al fondo del cuadro serán construidos en el siglo XVI. En el siglo XIII, el edificio que se levantaba al otro lado del río era la antigua Mezquita de Córdoba. La actual torre de la Calahorra tendrá ese aspecto que refleja la pintura a partir del siglo XIV encargada reformar por Enrique II de Trastámara y Fernando III será canonizado como Santo a mitad del Siglo XVII. Por lo tanto Antonio Palomino desarrollará en el siglo XVIII, una escena del siglo XIII pero con ropaje, arquitectura y un Rey canonizado como Santo que no existían cuando esa escena se desarrolló. Está claro que al fondo debería haber sido pintada la antigua Mezquita de Córdoba y no la construcción de la Catedral que hoy en día podemos disfrutar.

Una tercera curiosidad que alberga esta Capilla de Santa Teresa es el panteón que diseñó Francisco Hurtado por encargo del Cardenal Salazar para su sepultura. Esta nos puede recordar, salvando las diferencias, a los sepulcros papales realizados por Bernini que se encuentran en la Basílica de San Pedro de Roma. Pero si nos fijamos con detenimiento, nos recordará a uno de los pasos de nuestra Semana Santa cordobesa, en concreto sobre el que se erige la fastuosa imagen del Santo Cristo del Remedio de Ánimas, que todos los Lunes Santos procesiona su hermandad por las calles de Córdoba. Y es que la talla de esta mesa está realizada a mediados del siglo pasado basándose en el diseño del panteón del Cardenal Salazar quien precisamente será el que aprobará los estatutos de esta Hermandad allá por finales del siglo XVII.

Otra curiosidad de esta Capilla de Santa Teresa, pero no por ello menos importante es la representación de la vida, pasión muerte y resurrección de Jesús que recorre la base de la magnífica Custodia procesional del Corpus Cristi, labrada en plata y plata dorada por Enrique de Arfe a principios del siglo XVI y cuyas escenas apenas miden 55 milímetros de altura. Si nos fijamos comienza con la Anunciación, continua con el Nacimiento de Jesús, la Adoración en el Portal y termina con la Resurrección y el encuentro con Tomás en el que le mete la mano en la llaga para tener Fe y Creer que es Jesús Resucitado. Es una auténtica joya que se conserva junto al Tesoro de Nuestra Catedral y que cada año podemos acompañarla en el recorrido que hace por las calles del Casco Histórico de nuestra ciudad en la celebración de la Festividad del Corpus Cristi que como bien es sabido se celebra el domingo siguiente a esta festividad ya que en Córdoba es laborable la Festividad del Corpus Cristi.

visita guiada a la antigua Mezquita de Córdoba, hoy Catedral

La última curiosidad que podemos observar en esta Capilla de Santa Teresa es la imagen de Santo Domingo con un báculo acabado en cruz en su mano derecha y un perro a sus pies portando una antorcha. El perro, según la primera biografía de este Santo indica un sueño que tuvo la madre de Santo Domingo, la Beata Juana de Aza, quien tuvo un sueño en el que salía un perro de su vientre con una antorcha. Sin entender qué significado tenía este sueño, consultó a Santo Domingo de Silos con el que entendió que el hijo que de ella naciera llevaría la luz de Cristo por el mundo.

Si quieres que te descubramos muchas más curiosidades de nuestra Santa Iglesia Catedral que fue antigua Mezquita de Córdoba, así como otros muchos monumentos, callejas, plazuelas que recorren nuestra ciudad, estaremos encantados de acompañarte para que puedas disfrutar de la forma más amena y divertida posible dentro del rigor histórico y documental en nuestras visitas guiadas a la Mezquita-Catedral

Rafael Soldevilla (guía oficial Woow Córdoba)